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sábado, 16 de agosto de 2008

Historia

FICHA:

Nombre: Club Atlético Belgrano
Barrio: Alberdi
Ciudad: Córdoba Capital
Estadio: Gigante de Alberdi - Arturo Orgaz 510 - Bº Alberdi
Presidente: Armando Perez
Sede social: s/d



- Comienzo oficial: Segunda división de la Liga Cordobesa de Fútbol en 1908.

- Participación en Nacionales de AFA: 1968, 1971, 1972, 1973, 1974, 1975, 1977, 1981, 1984 y 1985.

- Participaciones en el Nacional B: 11 temporadas (86/87, 87/88, 88/89, 89/90, 90/91, 96/97, 97/98, 02/03, 03/04, 04/05. 05/06

- En Primera División: 9 temporadas (91/92, 92/93, 93/94, 94/95, 95/96, 99/00, 00/01, 01/02, 06/07

- Títulos:

En la Liga Cordobesa fue campeón de Segunda División (1908, 1909 y 1910) y campeón de Primera División (1913, 1914, 1917, 1919, 1920, 1929, 1930, 1931, 1932, 1933, 1935, 1936, 1937, 1940, 1946, 1947, 1950, 1952, 1954, 1955, 1957, 1970, 1971 y 1973).
Campeón del único torneo organizado por la Unión Cordobesa de Fútbol en el año 1956.

Los títulos en la ACF fueron los campeonatos Provinciales de 1983, 1984 y 1985 y los de Primera División de 1984 y 1985.

A nivel nacional, el campeonato Regional obtenido en 1985/86.

HISTORIA:

Inmigración, trenes y pasión de multitudes
En el período de la generación del 80 (allá por 1870) los gobiernos de nuestro país comienzan a delinear un nuevo modelo de nación que modificará no solo el aspecto geográfico de/ nuestro mapa territorial, cambios políticos, económicos, y sociales, sino también culturales. En cuanto a esto último, el papel que juegan los inmigrantes es fundamental.
La dinámica, la estética del orden y el progreso (traducido en ferrocarriles, embarcaciones, y la nueva industria) serían factores claves en el diseño de la nueva nación. Y por supuesto, en medio de tanta innovación, dentro del deporte, un nuevo entretenimiento comenzaba a asombrar a los argentinos: el fútbol. Nadie podía suponer que en aquellos achicharrados bolsos de inmigrantes venia bien escondida una simple esfera de cuero que con los años se ganaría definitivamente un rincón en el corazón de los criollos.
Fueron sus propios creadores, los ingleses, quienes trajeron su deporte favorito a estas latitudes, y quienes en los momentos de óseo, se divertían pateando una pelota de fútbol ante la atónita mirada de la muchedumbre. Así, el 23 de junio de 1868 se jugó el primer partido de la historia en el país, cabe destacar que los jugadores eran todos ingleses y pertenecían al Buenos Aires Foot-ball Club. A partir de este “picadito” el fútbol comenzaría a rodar por la extensa pampa hasta llegar a Córdoba, y transformarse en una verdadera pasión de multitudes.

De Wembley a Córdoba, el Inicio
Todo acontecimiento histórico suele tener o derivar en sucesos no premeditados o tenidos en cuenta de antemano. Esta parece ser la mejor explicación de cómo llega el fútbol a la provincia de Córdoba. Refiriéndonos a esta provincia, como dijo un hincha pirata, no puede separarse la idea del fútbol en Córdoba, de la presencia del Club Atlético Belgrano.
Transcurría el año 1870 y los cordobeses se agolpaban en los edificios ferroviarios para ver llegar al primer tren por estas tierras. Aquel hecho significaba la inauguración del servicio y ante semejante espectáculo no falto casi nadie a la cita. Lo cierto es que (aquel 13 de abril) esa locomotora a vapor, además de progreso, traía escondido un deporte que derivaría en el tiempo en la fundación de uno de los grandes equipos a nivel nacional: el Club Atlético Belgrano.
Continuando con los inicios del fútbol (en la provincia mediterránea) el mismo era practicado por los empleados ferroviarios del “Central Córdoba” quienes, en los días de descanso practicaban el juego en los baldíos de bajo General paz o el actual barrio San Vicente.
Al principio costó que los lugareños aceptaran no solo las cualidades del juego, sino, la vestimenta de los jugadores. Lo anterior devenía de la cultura de la época en la que no era común ver a las personas (en este caso inmigrantes) en pantalones cortos y con los torsos desnudos. Sin embargo, los muchachos locales atraídos por la diversión comienzan a imitarlos en los patios de sus casas o a las veras de las vías del tren.
En principio la pelota había sido traída sin autorización de Inglaterra y en cantidades insuficientes, esto obligó a muchos a ingeniárselas armando pelotas de media o trapo. La introducción legal de todos los artículos o elementos deportivos se producen recién en 1886.
El fervor por esta disciplina aumentaba a pasos agigantados y así llegamos a 1882, año en que los empleados ferroviarios fundan el primer club de la provincia, el “Córdoba Atlétic”, con sede en las calles Larrea y Paso. Este es el inicio del fútbol en la “Docta”, cuya historia grande comenzarían a escribirse por un grupo de jóvenes alrededor de 1905.

Los pibes de la Idea Celeste
La grandeza que distingue a los “piratas de Alberdi” no solo responde a los logros obtenidos a nivel deportivo, lo mas significativo (seguramente) está en relación directa a la manera en que surge la institución. La personalidad de Belgrano como símbolo es sin lugar a dudas lo representado por la lucha, el trabajo, la pujanza, y el coraje para enfrentar los cotejos con gran determinación. Ësto es lo que precisamente distingue al “celeste” y mucho tiene que ver con los difíciles momentos que enfrentaron desde su fundación.
La página grande del fútbol cordobés comenzaría a notificarse con pocas palabras y mucho sacrificio, y que solo el avanzar incontenible del tiempo dejaría entrever su verdadero logro, tal como suele suceder con todo proyecto importante.
Eran tiempos de ranchos con techos de paja, de lámparas a kerosene, calles de tierra, del coche motor y de marquesinas alumbradas a carburo. En ese ámbito de humildad un grupo de jóvenes entusiastas, amantes del balón pie y decididos, alimentaban día a día la ilusión de crear un equipo de fútbol.
Aquel sueño se podía visualizar en la polvareda que un grupo de amigos levantaban todos los días en un terreno baldío, en calle Caseros al 685 (perteneciente a la familia Lascano) que fue el primer punto de reunión. Cabe destacar que la pelota utilizada era de goma, debido al elevado precio que por entonces tenían las verdaderas pelotas de fútbol.
Al poco tiempo comenzarían algunos de los inconvenientes, por ejemplo, el espacio físico. Al multiplicarse el número de practicantes del nuevo entretenimiento, éstos decidieron marcharse a un sitio aledaño: la quinta “el cañaveral”. En esta “nueva canchita” Ramón Quiroga, los hermanos Balbino, José y Nicolás Lascano, Telmo Baigorria, Nicolás Flores, Alfonso Otoniel, Ernesto Doeing y Arturo Orgaz, entre otros, además de servir como promotores de la diversión “inglesa”, comenzaban a hablar sobre la posibilidad de fundar un club. En consiguiente uno de los primeros pasos era buscarle un nombre donde la propuesta de José Lascano logró el mayor consenso, con lo cual la nueva institución se llamaría “General Belgrano”. No obstante, días después se encontraron con la novedad que en Nueva Córdoba existía otra agrupación con la misma denominación, ante semejante sorpresa decidieron invitar a estos a un encuentro desafío cuyo premio para el ganador sería conservar el nombre. El partido, uno de los primeros en el ámbito provincial de semejante trascendencia, se ganó y se pudo conservar así el nombre, en forma definitiva.
Luego vino la elección del color de camiseta, y fue la señora de Lascano (madre de unos de los chicos que integraban el grupo de amigos) la que optó que fuese celeste, en homenaje a uno de los colores de la bandera nacional.
En consecuencia, los colores de la indumentaria que lucieron en principio fueron: camiseta celeste, medias celestes y pantalones blancos con una letra “B” bordada sobre el bolsillo izquierdo. Con esto se imitaba en casi su totalidad los colores de la bandera creada por Manuel Belgrano. Pero con el tiempo se fueron produciendo modificaciones, por ejemplo el color del pantalón, que en la actualidad generalmente es negro al igual que las medias.

El día de la Fundación
Así, un 19 de marzo de 1905, bajo la sombra de un algarrobo, se realizó la asamblea que dio vida al Club Atlético Belgrano. Es por eso que aún la institución guarda ese matiz de club de barrio, y es en su idiosincracia donde radica su grandeza.
El nombre de la entidad estuvo inspirado en honor al general Manuel Belgrano, ya que la reunión mas importante se había llevado a cabo un día antes de un nuevo aniversario de la creación de la bandera nacional. De allí también los colores de la indumentaria deportiva del club. En otro ámbito de sucesos cabe destacar la edad del primer presidente de la institución quien tenía tan solo 14 años.
La primera comisión directiva fue la siguiente:
Presidente: Arturo Orgaz.
Secretario: Raul Luque.
Tesorero: Aurio Gardella.
Capitán: José Oviedo
Vocales: Ernesto Doering.
Nicolás Lascano.
José Lascano.
Balbino Lascano.
Pedro Oliva.
Oscar Orgaz.
Al poco tiempo el progreso urbano e inmobiliario los obligó a abandonar la “canchita del cañaveral” y se instalaron el un terreno cedido por el señor Ramón Moreno. En ese predio tiempo después (en la década del veinte) se construiría el estadio de Belgrano, más conocido como el “Gigante de Alberdi”.

Los Primeros Pasos
Belgrano debuta en la liga cordobesa (la cual apareció en 1906) en el año1908, lo hizo en la segunda división y ese mismo año se quedaría con el campeonato. Muchos festejaron lo que creían se trataba del ascenso directo a la primera división del torneo provincial. No obstante el reglamento se lo impidió ya que para lograr dicho objetivo se debía ganar en tres años en forma consecutiva el mencionado torneo, algo no muy fácil de conseguir.
A pesar de todo, el “celeste” puso corazón y garra (cualidades que siempre demostró mas allá de los resultados) y logró conquistar los dos títulos siguientes en la “B” cordobesa (1909 - 1910) y se dio el gusto de jugar en la primera división.
Debido a la precariedad de su cancha, la cual no contaba con los elementos requeridos por la “liga”, es que los propios jugadores tuvieron que rebuscárselas para poder cumplir con el reglamento. En consecuencia, por falta de recursos económicos, los futbolistas decidieron invadir y sustraer de los terrenos aledaños lo que les asía mas falta, por ejemplo: alambre, varillas y postes esquineros. Cabe destacar que no se trataba concretamente de un robo a perpetuidad, sino que utilizaban lo extraído de los vecinos solo para cumplir el día del partido. Al día siguiente todos los materiales sustraídos sin el consentimiento de los dueños eran ubicados en el lugar original, o sea, eran devueltos. Por estos hechos y por otras travesuras que tiempo después cometerías sus hinchas es que a Belgrano lo apodaron de “los piratas”.



Grito de Campeón.
Esa ilusión que se exterioriza cada domingo mediante una canción practicada a toda voz y en un espeluznante coro constituido por miles de apasionados hinchas, ese cántico que los auto proclama como los mejores del torneo en disputa, ese que dice “dalee campeóóóón, dalee campeóóóóón, dale campeóóón, dale campeóóó…” se tradujo en realidad en 1913. Fue el año que se fundó la nueva Federación Cordobesa de Fútbol y el “celeste de alberdi”, que participó en dicha competencia, se quedó con el primer título oficial. En aquella final derrotó a Agronomía, quienes defendían el título. A partir de ese campeonato, Belgrano fue adquiriendo relevancia hasta transformarse en uno de los clubes mas importantes de su provincia. Pero, desde 1914, la hegemonía luego le sería diputada por un equipo que se ganaría la mención de “rival eterno”: el Club Atlético Talleres.
Lo cierto es que aquel 1913 el “dale campeón” no se canto solo para aclimatar las gradas y los rincones exultantes de corazones llenos de pasión y ansias de triunfo, sino para festejar lo que fue la primera conquista del “celeste”.
En esta década se destacaron por su talento, valentía y la capacidad física -traducida en el extraordinario despliegue en el terreno de juego- el zaguero Maximiliano Unamúnzaga y el “negro” Arturo Lutri. Éste último es recordado como un verdadero símbolo y los memoriosos lo mencionan como el primer gran caudillo de alberdi.

El inicio del super clásico Cordobés
El año 1914 se constituiría en una fecha de importancia no solo por los acontecimientos sucedidos a nivel internacional, sino por un partido que marcaría el nacimiento del primer clásico de la provincia de Córdoba.
En 1913 se fundaba el Club Atlético Talleres Central Córdoba y de inmediato se afiliaba a la Federación Cordobesa de Fútbol. Para el año siguiente el fixture indicaba que en la primera fecha el nuevo equipo debía enfrentar (en lo que sería su debut oficial) a los “celestes de alberdi”. Aunque ambos equipos llegaban marcados por realidades distintas, se emparentaban en la gran expectativa que habían despertado en sus seguidores. Así el 17 de mayo de 1914 la cancha de Belgrano presentaba un marco de público verdaderamente multitudinario para ver tal cotejo.
Los “piratas” venían de ser los últimos campeones y los “albiazules” debutaban en dicho torneo con la esperanza de hacer una exitosa campaña. En medio de un clima festivo y de algarabía dio inicio el partido. A pesar de la expectativa que había en torno del cotejo éste tan solo duró cuatro minutos. Sucede que a los pocos minutos de comenzar el partido, los celestes abrían el marcador en una confusa jugada que desato la ira del equipo visitante. Los jugadores albiazules entendían que Lezcano (autor de la conquista) estaba en posición adelantada, pero el arbitro del encuentro, Zerda, convalidó el gol. El descontrol se adueño del cotejo, los jugadores de Talleres se sintieron perjudicados con un gol en contra, que a su entender fue convertido en acción fuera de juego, y decidieron abandonar el partido. Días después se auto desafiliarían de la Federación Cordobesa.
Por los acontecimientos sucedidos en tal encuentro es que cada Belgrano - Talleres adquiriría ribetes y condimentos especiales, convirtiendo a cada partido futuro en un verdadero clásico del interior del país.

Se Inaugura “El Gigante”
Un estadio de fútbol bien podría ser comparado con una caja de resonancias musicales, una estructura de cemento perfectamente diseñada para que cada domingo (o cualquier día de la semana) miles y miles de almas puedan ver el deporte mas lindo del mundo. Es un espacio físico, pero también social y cultural, donde los hinchas se reencuentran, saltan, festejen, opinan, se amigan, discuten, sueñan, claman, sufren y viven cada escena del juego en carne propia. Por todo esto un estadio es como la casa grande de una inmensa familia futbolera, y por lo tanto un icono que los envuelve y representa a todos por igual.
El estadio propio era una de las deudas pendientes de Belgrano hasta que en 1927 uno de sus socios, Carlos Courel; tuvo la iniciativa de levantar una tribuna en el terreno cedido por Ramón Moreno. Hasta ese momento el mayor escenario de la provincia era la cancha de la liga cordobesa, ubicada en el Parque Sarmiento con capacidad para albergar a seis mil espectadores.
El proyecto de construir las tribunas tenía un costo bastante elevado, por lo que el presidente del club, don Salvador Martínez, le solicitó al intendente municipal (Emilio Olmos) un respaldo económico para poder concretar la obra. El monto total de la construcción ascendió a los ochenta y cinco mil pesos, de los cuales sesenta mil fueron conseguidos del empréstito otorgado por el municipio. En Junio de 1928 se iniciaron los trabajos y con esto la idea de Courel y compañía comenzó a tomar forma y volumen.
El 17 de marzo de 1929 el sueño del estadio propio se plasmó en la realidad y el presidente de la institución dejó oficialmente inaugurada la obra, en dicho acto estuvo presente hasta el gobernador de la provincia: José Antonio Ceballos.
El nombre del estadio “El Gigante de Alberdi” deviene de sus dimensiones poco usuales por estas latitudes y fue igualmente uno de los primeros escenarios de cemento del interior nacional. También ese mismo día se lograba la personería jurídica con lo cual Belgrano alcanzaba el status de entidad civil.
Para festejar el enorme logro conseguido se diputó un partido contra Estudiantes de la Plata, el recordado equipo de “los Profesores”, en referencia a su delantera: la mas efectiva de época. El partido era de trámite parejo y a los 35’ del primer tiempo Infante hizo explotar a la multitud celeste abriendo el marcador. No obstante en los últimos veinte minutos del segundo tiempo un baldazo de agua fría cayó sobre alberdi. Es que una lluvia de goles “pinchas” dejaron como saldo un rotundo 1-6 a favor de los platenses.
Belgrano formo con: Dante Nieri; Luis Arias, Angel Bredanini, Muñoz y Salvatierra; Juan Baigorria y Medrano; Napoleón Seghini, Nicolás Infante, Ignacio Romero y Garcia.
Estudiantes alistó a: Eduardo Scandone; Armando Neri y Rosenbrock; Alberto Viola, Croce y Pérez Escalo; Alberto Zozaya, Miguel Lauri, Manuel Ferreira, J. Carlos Irurieta y Alejandro Scopelli.
Goles: Infante (B), Irurieta (E-2), Scopelli (E), Ferreira (E), Zozaya (E) y Lauri (E).
Espectadores: 10 mil personas aproximadamente.
Otro hecho de relevancia fue la puesta en funcionamiento del sistema lumínico, el mismo se llevó a cabo el 5 de diciembre de 1945, para tal ocasión se jugó un partido amistoso con Newell’s Old Boys de Rosario, encuentro que terminó con el marcador en blanco. Pasaron varias décadas para que el coliseo de Alberdi fuera otra vez refaccionado. Debido a la participación en los torneos de primera división nacional (A - B) y con el fin de adecuarlo a las exigencias expresadas en el reglamento de la AFA, es que se decidió completar el sector destinado a las populares. En consecuencia el 24 de mayo de 1997 “El Gigante” sería nuevamente reinaugurado y una ruidosa masa humana se reencontró en su verdadera casa, lugar donde nunca dejó de latir la escencia del club.

Conquistas en la Federación Cordobesa
La década del 30 fue casi por completo de los piratas de Alberdi, la supremacía del celeste se verifica en la cantidad de torneos logrados en dicho período. A decir verdad entre 1929 y 1937 ganaron todos los torneos que diputaron, a excepción del diputado en 1934 el cual fue conquistado por el Club Talleres.
En 1929, luego de la inauguración de las tribunas, llegó la hora del torneo local y el comienzo en tal competencia no fue tan propicio. En la primera fecha perdió ante el Audax Córdoba por 5 a 1 de local. Recién en la cuarta jornada logró su primer triunfo derrotando a Peñarol, en un ajustado marcador, por 3 a 2 el 14 de abril. A partir de este triunfo “los Piratas” fueron una verdadera tromba y se encaminaron derecho a la obtención del torneo. La conquista del certamen se cristalizó el 17 de noviembre del mismo año al derrotar en la ante última fecha por 2 - 0 a Nacional de Córdoba. De esta manera el club de la calle Orgaz se dio el gusto de dar la primera vuelta olímpica en su estadio el mismo año en que éste fuera inaugurado.
El resumen del “celeste” en esta competencia es el siguiente:
Ganó: 11, Empató: 3, Perdió: 2,
Goles a Favor: 44, Goles en Contra:27.
Goleador: Nicolás Infante.
Presidente: Salvador Martínez.
La década siguiente no fue tan exitosa y solo gritaron campeón el 1940, 1946 y 1947. Sin embargo de estos años surgió una de las delanteras mas recordadas de esa época, la misma estaba formada por Justo Aníbal Coria, Oscar “la mona” Peralta, Francisco “paco” Garcia, Héctor “la cartuchera” Carrizo y Dardo Lucero. Fueron éstos hombres precisamente los encargado de aquel inolvidable 9 a 4 con que Belgrano despachó a Talleres en 1947.
El “Celeste” repitió la vuelta olímpica en loa años 1950 - 1952 - 1954 - 1955 - 1956 (el último correspondió al torneo organizado por la Unión Cordobesa de Fútbol) y en 1957

La Hora del Nacional
En 1968 el equipo de Alberdi logró acceder por primera vez a un Torneo Nacional en el cual se mantuvo hasta la desaparición del mismo en 1985.
Para acceder a tal instancia superó en el regional a Guaraní Antonio franco de Misiones (empato 0 - 0 de visitante y ganó 3-2 de local) y luego venció a Huracán de Corrientes (2-0 de visitante y 1-0 de local).
En el año del debut en el nacional sus mayores victorias fueron ante San Lorenzo de Almagro (2-1) y ante el campeón del mundo, Estudiantes de las Plata, a quién derrotó por 3 a2.
El plantel de aquella primera incursión en un torneo nacional fue el siguientes: Miguel Garay, Jorge Martota, Luis Bracamonte, Froilán Altamirano, José López, Tomas “tito” Cuellar, Juan Carlos Mamelli, Antonio Syeyyguil, Francisco Ceballe, José Reinaldi, Alberto Piedra, Luis Cornejo, Alberto Liciardi, Victor Vega, Javier Pereyra, Lorenzo Cabrera, Hugo Carballo, Omar Dalombo, Felipe Camargo, Isidro Caffaratti, Rafael Palacios y Juan Sánchez, el Director Técnico fue Raúl “pucho” Arraigada. En 1977, por ejemplo, terminó tercero en zona detrás de Independiente, equipo que ese año le arrebató el sueño de campeonar al Club Talleres. Los pilares de aquel plantel “pirata” fue este: Luraschi, Sanseverino, Veccerica, Coletti y Capùrro; Benito Rodríguez, Cantarutti y Laciar; Rodolfo Rodríguez, Víctor Sosa y Bonet.

El Nacional B
En 1986, el 20 de Abril mas precisamente, se consagró campeón regional tras vencer a Olimpo de Bahía Blanca por 3 a 2, consiguiendo de esta manera el primer titulo nacional para un equipo cordobés. Los goles celeste fueron obra de Edgardo Parmigiani (22’ y 24’ respectivamente) y el restante estuvo a cargo del “tato” Martelloto (a los 61’) y el director técnico era “tito” Cuellar. No podemos dejar de mencionar a dos jugadores claves en esta etapa, ellos son José Luis Villarreal y Juan José López. Belgrano en base a tenacidad y méritos propios había conseguido el derecho a participar en el torneo Nacional B de fútbol.
Un año después (1987, bajo la conducción de Pedro Marchetta) los cordobeses estuvieron a punto de ascender a la categoría mayor del fútbol Argentino. En la final habían derrotado (en el partido de ida) como locales a Banfield por 1-0 y con esto la consagración parecía ya consumada.
Pero en el cotejo de “vuelta”, en Buenos Aires, el destino les hizo una inesperada gambeta a las ilusiones “celestes”; faltando tan solo 13’ para finalizar el encuentro “el taladro” convirtió dos tantos y dejó a Belgrano con las manos vacías.

Celeste de Primera
Si hay algo que distingue a todo deporte y en especial al “balón pie” es que siempre otorga revanchas. Pasaron cuatro años para que (en 1991) otra vez los de la calle Orgaz se encontraran ante la posibilidad cierta de llegar a primera. Y por esas vueltas del fútbol, y de la vida, nuevamente el rival a vencer era el mismo del 87: Banfield.
El cotejo de ida, diputado el sábado 20 de Julio en Buenos Aires termino igualado 1 a 1. Víctor Heredia habrió el marcador para la visita e igualó Cinto para el local. El domingo siguiente (28 de julio) se jugó en el Estadio Córdoba el partido decisivo ante 45 mil almas festivas y ansiosas de triunfo. La revancha no solo llegó sino que fue de manera contundente. El “gringo” Lucio Daniel Alonso se anotó dos veces en el tanteador, una lo hizo Omar Herrera y cerro el escor el “diablo” Roberto Monserrat. Belgrano se había desquitado del “albiverde” con un notable 4 a 0 y conquistaba así el ascenso a la primera división.
Los protagonistas de este inolvidable logro fueron entre otros los siguientes: Sodero; Marcelo Flores, José Flores, Enrique Nieto y Cortés; Roberto Monserrat, Víctor Heredia, Luis Sosa y Julio Villagra; Gustavo Spallina y Omar Herrera. También formaban parte del plantel Cesar Laciar, Daniel Alonso, Norberto Fernández, Adrián Mahía y Sergio Barboza. Todos bajo la conducción técnica de Jorge Guyón.

El Regreso a los Sábados
La campaña del “pirata” en primera fue bastante irregular, si bien tuvo algunas propicias actuaciones como la del 95/96 (finalizó sexto) casi siempre se encontró de mitad de tabla para abajo. Debido a los malos resultados de los campeonatos anteriores Belgrano se vio obligado a realizar una excelente campaña en 1996, para mejorar su promedio y así zafar del fantasma del descenso. El 18 de agosto del 96’, en la última fecha, el conjunto dirigido por Pedro Marchetta le ganó 2 a 0 (otra vez a Banfield) pero no le alcanzó y por primera vez desde su fundación perdía una categoría. Con el retorno de Belgrano a la “B” Córdoba perdía a su ultimo representante en la máxima competencia del fútbol nacional.

Con las Manos en el Cielo
Dos años después de haber descendido, los celestes, tenían la oportunidad de volver al circulo predilecto del fútbol Argentino. La primera ocasión de ascender se había diluido frente a los archi rivales de toda la vida: los primos de albiazules (Talleres ganó la final por penales). Sin embargo quedaba la última chance que otorgaba el reducido y el rival otra vez era el “taladro”. Por tercera vez Belgrano y Banfield se enfrentaban en el largo , cansador y duro camino al nacional A, reeditando un esperado clásico de la segunda división.
En el partido de ida jugado en tierras bonaerenses el marcador terminó igualado en uno. El cotejo diputado en suelo mediterráneo lo ganó el local por 2 a1 con goles de Artime y Cristian Carnero. En consiguiente el último escollo en la senda al retorno de los domingos se llamaba Aldosivi.
El 15 de julio de 1998, en Mar del Plata jugaron el encuentro de “ida”, el cual terminó empate en uno. Rizzo anotó para el local a los 10’ de la primera etapa, en tanto que Cosme Zaccanti a los 15’ de la misma etapa puso cifras definitivas.
En el partido de “vuelta”, el definitivo, los Piratas sacaron a relucir su chapa de equipo de lucha, sacrificio y garra.
Cuando las agujas del reloj marcaban 9’ del primer tiempo Cristian Carnero introdujo el balón al fondo de la red y las mas de 30 mil almas que se ubicaban en el “Chateau” quedaban casi disfónicas de tanta algarabía. Aldosivi lejos de darse por vencido se fue con todo al frente y puso a los locales en aprietos por largos pasajes del encuentro. La restringida ventaja a favor del celeste y el desenlace del juego mantenía en suspenso el resultado final. Belgrano sufría dentro y fuera de la cancha, hasta que Leo Torres, recién ingresado, concretaba la segunda conquista para los locales. Luego vendría el descuento de los mar platenses y con esto la incertidumbre se reinaría como un fantasma por las gradas del mundialista. Sin embargo apareció nuevamente la habilidad de Torres quién construyó una jugada que derivó en penal. El uruguayo Luis Sosa fue el encargado de ejecutarlo y convertirlo; de esta manera selló el resultado del partido y el delirio invadió media Córdoba: Belgrano ganó 3 a 1 y por segunda vez retornaba a la máxima categoría del fútbol Argentino.

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